Construido entre 1937 y 1940 en el Barrio Cívico de Santiago frente a la Plaza de la Constitución, el otrora elegante hotel donde alojaron personalidades como la Reina Isabel II y el Papa Juan Pablo II, desde 2005 es la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por Cristóbal Jara _Fotos Viviana Urra/Ministerio de Relaciones Exteriores
Vecino de La Moneda y emplazado en el corazón del Barrio Cívico de Santiago, el ex Hotel Carrera es testigo silencioso de la historia política del país desde mediados del siglo XX.
Sus ventanas y azotea sirvieron como catalejo para que reporteros europeos registraran el bombardeo al Palacio La Moneda el 11 de septiembre de 1973. También recibió a personalidades mundiales como la Reina Isabel II de Inglaterra o el Papa Juan Pablo II, además de figuras populares como el actor Alain Delon y el ex futbolista Diego Armando Maradona. En distintas épocas, ambos se refugiaron en la cocina para huir del asedio de los periodistas, conformando dos de las tantas historias protagonizadas por celebridades que se tejieron entre los elegantes salones del inmueble ubicado en calle Teatinos esquina Agustinas.
El Hotel Carrera fue construido entre 1937 y 1940 y es obra de los arquitectos Josué Smith Solar y José Smith Miller (padre e hijo), como parte del proyecto “Barrio Cívico” que presentó el entonces ministro de Hacienda, Gustavo Ross, al Presidente Arturo Alessandri. El Carrera, lujoso y elegante, fue el primer gran hotel de la capital, una inversión a la altura de un país que crecía y se abría con fuerza al turismo internacional.
Su estilo predominante es el Art Decó, que los arquitectos plasmaron en este y otros edificios de Santiago, como el Club Hípico y el Club de la Unión. “Smith Miller y Smith Solar son referentes de una arquitectura de impronta institucional muy del periodo de las obras de los gobiernos radicales, que dieron cuenta de una clase alta pudiente y aristocrática y de un gobierno que estaba construyendo sus primeros edificios como Estado moderno”, señala Gastón Vega Buccicardi, arquitecto y miembro del Comité de Patrimonio del Colegio de Arquitectos y director de la consultora +Patrimonio.
Gastón Vega recuerda que el Hotel Carrera es uno de los primeros edificios de altura hecho en hormigón armado en Chile. Se levantó en 17 pisos, con un techo jardín con una piscina para los huéspedes, dos subterráneos y un volumen aproximado de 25 mil metros cuadrados construidos. “Para su época era considerado un rascacielos. Recordemos que se inauguró un año después del terremoto de Chillán de 1939, que obligó a cambiar de forma radical los estándares de construcción”, comenta el experto.
Sus imponentes puertas de bronce, columnas de mármol, lámparas de cristal de bohemia, fino mobiliario y arte decorativo son algunos de los detalles que marcaron una época glamorosa de la hotelería chilena. “El Hotel Carrera es símbolo del auge del país en la década del ‘30 y ‘40. Por la importancia como hotel, por su arquitectura y por ser parte del eje Bulnes, tiene una doble categoría patrimonial, primero como inmueble y segundo por ser parte del eje cívico de la ciudad de Santiago”, explica Vega.
El Hotel Carrera fue construido entre 1937 y 1940 y es obra de los arquitectos Josué Smith Solar y José Smith Miller, como parte del proyecto “Barrio Cívico” que presentó el entonces ministro de Hacienda, Gustavo Ross.
CAMBIO DE GIRO Y REMODELACIÓN
Tras 65 años de historia, el Carrera dejó de funcionar como hotel para transformarse en sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. En 2005 pasó a llamarse Edificio José Miguel Carrera, para albergar a los 1.150 funcionarios y a las 38 direcciones de la Cancillería.
Un año antes el Gobierno adquirió el inmueble que pertenecía al Banco Santander – Santiago del Grupo Luksic e inició los trabajos de remodelación. Estos consistieron en realizar mínimas intervenciones en su fachada y en readecuar los espacios interiores. El arquitecto a cargo de la rehabilitación, reconversión y restauración del edificio fue Rodrigo de la Cruz Benaprés.
“El proyecto contempló el recambio de todos los servicios del hotel, la ampliación de los pisos 16 y 17, el desarme de varias habitaciones para convertirlas en espacios de mayor tamaño y así albergar los nuevos usos. Se remodelaron los ascensores y se cambió la distribución del hall del mismo hotel, pasando de recepción a punto de control de acceso”, explica Vega.
Fueron cambios que respetaron su valor patrimonial y arquitectónico, resguardado por su clasificación como Inmueble de Conservación Histórica en el Plan Regulador Metropolitano. “Esta es un tipo de categoría que dan los planes reguladores para proteger el patrimonio de una comuna. Declara la totalidad del edificio, interior y exterior. Cualquier intervención debe contar con la venia del Municipio de Santiago y de la Seremi de Vivienda de la Región Metropolitana”, precisa el director de la consultora+Patrimonio.
Edición N°171, Septiembre 2017