Codelco iniciará una nueva etapa que ampliará la vida útil de la división en al menos 40 años, con un ambicioso proyecto que en 2019 pondrá fina a la explotación del rajo abierto para comenzar una operación bajo tierra.
Por Nicholas Townsend_Fotos Gentileza de Acciona
2019 será un año de importantes cambios para Codelco, uno que pasará a la historia, luego de que se ponga fin a la explotación del rajo abierto y comience a operar el proyecto de la mina Chuquicamata Subterránea. Será un hecho que cerrará los más de cien años de existencia de la mina abierta más grande del mundo, para dar paso a uno de los desafíos más importantes de la empresa, que apunta a convertir la mina subterránea en una de las de menor costo y líder en productividad en el planeta. La operación buscará destacar por su producción, seguridad y por el énfasis puesto en el cuidado del medioambiente.
Entre las obras destacan un pique de ventilación de 11 metros de diámetro y 918 metros de profundidad, dos túneles de inyección de aire de 4,2 kilómetros y túneles de acceso y transporte.
El proyecto ampliará la vida útil de la división en al menos 40 años y se espera que alcance un ritmo de producción de 140 mil toneladas de mineral de cobre y molibdeno al día para 2025, lo que significará una producción de 366.000 toneladas de cobre fino y más de 18.000 toneladas de molibdeno fino al año. Jorge Sougarret, gerente de desarrollo de la mina subterránea, explicó a la revista Calama Construye de la Cámara Regional de Calama que esta transformación “busca hacer que Chuquicamata sea un negocio más rentable, productivo y sustentable, modificando paradigmas y prácticas de trabajo que apunten hacia la excelencia del negocio, el que se espera entre en operaciones durante 2019”.
Codelco estima que hay cerca de 1.700 millones de toneladas de cobre en reservas bajo el rajo existente, junto con una gran cantidad de molibdeno. Estas cifras fueron las que impulsaron la realización de la mina subterránea, que consiste en una construcción inicial de 180 kilómetros de túneles para acceder y extraer el mineral. Entre las obras destacan un pique de ventilación de 11 metros de diámetro y 918 metros de profundidad, dos túneles de inyección de aire de 4,2 kilómetros y túneles de acceso y transporte. Al término de su vida útil, se proyecta construir cerca de 1.020 kilómetros de túneles, lo que equivale a la distancia entre Santiago y Puerto Montt.
DESAFÍOS CONSTRUCTIVOS DEL PROYECTO
La nueva etapa implicará un importante salto en tecnología, ya que la mina será provista de elementos de control integrados y controlados en tiempo real, como sistemas productivos de seguridad, servicios de suministro, ventilación, gestión y logísticos. A modo de ejemplo, se pueden mencionar los equipos de carga y transporte (LHD, Load- Haul-Dump), que serán semiautónomos y sin operadores a bordo. Además, habrá equipos fijos como martillos picaroca, chancadores y correas transportadoras, que serán operados y controlados a distancia desde una construcción especialmente diseñada para tales efectos, denominada Centro Integrado de Operación y Gestión (CIO&G).
El proyecto ampliará la vida útil de la división Chuquicamata en al menos 40 años y se espera que alcance un ritmo de producción de 140 mil toneladas de mineral de cobre y molibdeno al día para 2025.
Es en este ámbito donde fue clave la labor de la multinacional española Acciona, empresa con más de 100 años de experiencia en la industria de la construcción basada en el desarrollo sostenible. Con un trabajo que va desde la ingeniería y el diseño hasta la ejecución y su mantenimiento, la compañía ha establecido una estrecha relación de trabajo con Codelco, convirtiéndose en uno de sus principales clientes. “Creemos que el hecho de que Codelco haya confiado repetidamente en nosotros para la ejecución de estas obras subterráneas, que serán estratégicas para la operación de Chuquicamata, refleja la calidad de nuestro trabajo y nuestro rol como socios estratégicos de largo plazo”, afirmó Diego Pini, director de Acciona en Chile.
La relación se remonta a 2012, año en que se adjudicó su primer contrato para la construcción de dos túneles de inyección de aire para el proyecto Chuquicamata Subterránea. Durante los cinco años que la compañía lleva trabajando con Codelco para este proyecto, se ha adjudicado tres contratos.
“En octubre de 2015 y con cinco meses de antelación a lo previsto, concluimos las obras de nuestro primer contrato, que consistió en la construcción de dos túneles de inyección de aire paralelos de nueve kilómetros de longitud y una sección de más de 85 m2. En paralelo, en agosto de 2015 nuestro consorcio se adjudicó una extensión del contrato para construir seis kilómetros de túneles adicionales y 800 metros de chimeneas verticales. Estas obras finalizaron satisfactoriamente en enero de 2017, esta vez con tres meses de adelanto. En la actualidad, estamos ejecutando un tercer contrato que considera la construcción de otros 10 kilómetros de túneles de ventilación. A la fecha, llevamos 40% de avance y esperamos concluir las obras en diciembre de este año”, explica Cristóbal Celedón, gerente de Minería de Acciona.
Entre los hitos técnicos que se destacan en este proyecto, se encuentra la construcción de las chimeneas verticales, que se posicionan entre las más grandes que se han construido en Chile con la metodología Raise Boring (sistema de perforación circular entre dos niveles, que fue el que se ocupó para rescatar a los mineros de la mina San José). Considerando sus dimensiones fue necesario utilizar cabezales de perforación de seis metros de diámetro y de aproximadamente 200 metros de profundidad.
También se han implementado una serie de innovaciones relacionadas con la seguridad, como lo es el sistema de soplado de filtros, que evita la exposición de los trabajadores al polvo durante la ejecución de sus labores de mantención de equipos.
Además, según detallan, destaca el uso de sistemas de carga con explosivos bombeables, que fue clave para la obtención de los positivos rendimientos de producción y para alcanzar elevados niveles de seguridad en la protección de sus trabajadores. “Desde el inicio del proyecto hemos obtenido sucesivos reconocimientos por la gestión de seguridad que realizamos, sobrepasando un millón de horas hombre sin accidentes con tiempo perdido”, explica Aldo Cabrera, gerente de prevención de la empresa.
IMPACTO EN LA MANO DE OBRA
“Chuquicamata Subterránea es un proyecto desafiante para el que nos estamos preparando tanto los actores productivos como sociales”, puntualiza Sougarret. La iniciativa, que actualmente está en etapa de construcción, necesitará mano de obra de trabajadores propios como de terceros, dependiendo de la etapa en que se encuentre el proyecto.
“Para nosotros como gremio es importante que nuestras empresas socias cuenten con las cualidades y con las oportunidades de ser parte de este proyecto minero, que nos desafía a estar a la vanguardia en seguridad, calidad, producción y tecnología”, manifiesta Carlos Ramírez, presidente de CChC Calama.
A comienzos de abril, el proyecto, que tiene una inversión estimada de US$ 4.200 millones, llevaba un avance de 43%. “Estamos a mitad de camino, en plena construcción de los túneles en la zona en que tendremos el primer hundimiento o socavación del macizo rocoso e iniciando las obras de infraestructura de producción y terminando el sis- tema de transporte”, detalla Jorge Sougarret.
Edición N°168, Junio 2017