Para un país como Chile, que aspira a llegar al desarrollo en los próximos años, el alza de la productividad es fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas, aumentando su poder adquisitivo al aumentar la retribución por su trabajo. Sin embargo, en una era de digitalización, con tecnologías disruptivas que a cada minuto rompen paradigmas, identificar el camino a seguir resulta un faro necesario ad portas de una revolución que aún muchos no perciben.
Esta nueva revolución industrial está dando señales equivalentes al recogimiento del mar durante un tsunami, como antesala de que algo de grandes proporciones está a punto de ocurrir frente a nosotros.
Y ante este escenario, la integración temprana de los diversos actores en la construcción resulta ser la brújula que puede orientarnos hacia el camino más plausible para lograr surfear esta ola de avances tecnológicos, inteligencia artificial y robotización, aún leída por muchos como ciencia ficción.
La integración temprana se vislumbra desde la teoría de la empresa extendida de Arnoldo Hax y desde los modelos de información de la construcción como el Building Information Modeling (BIM), como la forma lógica de sumar en una industria que requiere instancias más colaborativas para lograr el máximo de productividad de sus factores.
Esta revolución digital, con sofisticadas integraciones de sistemas, big data y geolocalización, ha favorecido la gestación de iniciativas tales como el proyecto DOM en Línea, un sistema online de permisos de edificación que la Cámara ha impulsado con mucha fuerza y que está dando la posibilidad de pensar en una industria con mayores certezas a la hora de desarrollar grandes proyectos de inversión para dar un nuevo impulso al crecimiento del país. Y este es solo uno de los pasos que hemos dado.
A partir del año 2015, desde el Área de Suministros hemos impulsado la realización de estudios centrados en la integración temprana en la cadena de valor y la productividad de los proyectos de construcción. Como resultado, y de acuerdo con proyecciones, hemos establecido que se podría alcanzar hasta un 12% de ahorro en costos directos de la construcción de viviendas en extensión, si se integran de manera anticipada las empresas proveedoras, subcontratos y especialistas.
Este 2018 nos hemos planteado el desafío metodológico de medir los ahorros de productividad en altura, culminando con el desarrollo de un piloto que de manera concreta ratifique los resultados, como insumo al ecosistema de construcción nacional.
Nos reuniremos este año, en ENASUM 2018 (Encuentro Nacional de Suministros), donde esperamos profundizar el mensaje de Productividad e Innovación que dimos desde Santa Cruz en agosto de 2017 y que fue la antesala de la Comisión de Productividad de la CChC, apoyada transversalmente por nuestra Cámara.
Como gremio estamos convencidos de que para ser productivos necesitamos innovar y que, en el caso de no hacerlo, la meta del desarrollo seguirá siendo postergada para nuestro país. Por nuestra parte, continuaremos impulsando iniciativas que apunten en esa dirección.
La integración temprana de los diversos actores en la construcción resulta ser la brújula que puede orientarnos hacia el camino más plausible para lograr surfear esta ola de avances tecnológicos, inteligencia artificial y robotización.
Luis Bass Hernández, Gerente de Suministros CChC