Con el objetivo de contribuir al crecimiento de la Región de Tarapacá y ser un aporte al sector productivo, Inacap recientemente inauguró su segunda sede en la ciudad de Iquique. Esta nueva infraestructura tiene un total de 10.900 m² y uno de los desafíos que presentó a arquitectos y constructores fue e terreno de duna y roca donde se emplazó.
Por Ximena Greene
Con un equipamiento de primer nivel, provisto de tecnologías que permiten asegurar una educación de calidad para los estudiantes, Inacap busca potenciar la capacitación de sus alumnos con espacios óptimos para quienes hoy se forman ahí. Es por ello que en 2018 inauguró su segunda sede en la ciudad de Iquique.
La nueva edificación tiene un total de 10.900 m² distribuidos en seis pisos. En ellos, dispone de 57 salas de clases, 33 laboratorios y talleres de especialidad, talleres de gastronomía, comedor didáctico, área de capacitación con sus respectivas salas (tres), un casino, diez laboratorios de computación, una biblioteca de 520 m² y un auditorio de 247 m² para 250 personas. Todas las instalaciones disponen de conexión inalámbrica para la comunidad interna (estudiantes, profesores, administrativos). Al mismo tiempo, las salas de clases cuentan con proyectores para que, tanto profesores como alumnos, puedan realizar presentaciones.
Ambas sedes –la antigua y la inaugurada en 2018– se complementan y en conjunto pueden albergar a más de 4.000 estudiantes en tres jornadas académicas, en las que se imparten 43 programas de estudio de las áreas de Administración y Negocios; Construcción; Diseño y Comunicación; Electricidad y Electrónica; Hotelería, Turismo y Gastronomía; Humanidades y Educación; Informática y Telecomunicaciones; Mecánica; Minería y Metalurgia, y Procesos Industriales. El primer edificio, que data desde 1981, quedó solo con oficinas administrativas, una pequeña biblioteca de consulta y algunos laboratorios de computación.
Para Sebastián Cabello, vicerrector de Inacap sede Iquique, las nuevas instalaciones buscan que la institución continúe con su misión de formar personas con valores y competencias que contribuyan al desarrollo país. «Este crecimiento facilita generar instancias de impacto en la comunidad, ya sean congresos, seminarios, uso de nuestra biblioteca, generación de proyectos de investigación en talleres y muchas otras opciones que estamos desarrollando, siempre alineados en resolver las principales problemáticas locales, permitiéndonos promocionar la innovación y el emprendimiento en la Región de Tarapacá”, comenta.
Un edificio fuera de lo convencionalLa oficina encargada del proyecto (Teodoro Fernández Arquitectos) quiso entregarle una impronta más moderna a esta segunda sede. «En una primera fase de expansión, Inacap construyó una serie de edificios a lo largo de Chile con una imagen institucional muy cargada de referencias clásicas. Para esta segunda etapa propusimos un lenguaje más moderno, que fuera la expresión de la funcionalidad de la estructura del edificio», explica. Sin embargo, en el interiorismo se respetó la paleta de colores propia de la institución, usando el rojo para las sillas del casino y el auditorio, así como el blanco y el gris para pasillos y salas de clases.
Además de la construcción de esta nueva infraestructura con nuevas salas de clases para las distintas carreras, Teodoro Fernández hizo pequeñas modificaciones al edificio anterior, que incluyó el traslado de todas las instalaciones especializadas para las de Hotelería, Turismo y Gastronomía, así como una parte de la biblioteca. Para ello se amplió el equipamiento y se incorporó un comedor didáctico en el sexto piso, donde los alumnos de Gastronomía preparan el menú que se servirá durante el día y los estudiantes de Hotelería y Turismo atienden a los comensales que asisten a comer ahí. Este espacio permite que los estudiantes sean evaluados en terreno, tal y como si se tratara de un restaurante.
Los materiales predominantes de esta nueva infraestructura son paneles prefabricados de hormigón armado traídos desde Arica y dos intervenciones en madera: el auditorio y el sombreadero del último piso. «Para colaborar con la termorregulación del edificio instalamos en el último piso una estructura de vigas laminadas y una trama de lonas para dar sombra. Esto es una técnica relativamente distinta a las usadas en esta zona, donde el sol golpea los techos de forma casi vertical», comenta Teodoro Fernández. Además de ello se utilizaron parasoles de hormigón prefabricado en los niveles cuatro y cinco, con el fin de regular la entrada de luz natural y así ahorrar energía.
Enfrentar la DunaUno de los aspectos que tanto los arquitectos como los constructores tuvieron que enfrentar, fue al emplazamiento de esta nueva sede. El predio con el que contaba la institución educacional correspondía a un terreno compuesto principalmente por una duna y suelo de roca.
Debido a que la duna era bastante inclinada, se usó un sistema conocido como soil nailing, que se caracteriza por ser una de las principales soluciones para la contención de taludes. Pablo Fuenzalida, gerente de Proyectos de la Constructora Bravo e Izquierdo S.A., explica que para contener la arena se construyó un muro de 110 metros lineales. Este comenzó con la excavación y reforzamiento del talud con micropilotes para que la duna no colapsara. Posteriormente, se hormigoneó con shotcrete a medida que se iba bajando.
Por otro lado, el equipo de arquitectos debió elaborar un diseño de estructuras que sujetaran el edificio y la duna al mismo tiempo. La oficina de Teodoro Fernández propuso utilizar pilares inclinados en forma de V, con el fin de apuntalarlos. Estos se encuentran a la vista en las áreas comunes del piso tres, pero recorren toda la estructura de los tres primeros niveles y sujetan las plantas cuatro, cinco y seis.
El terreno también condicionó la construcción del estacionamiento. No se podía enterrar (principalmente por la roca), como ocurre en otros edificios, ni tampoco era lógico usar la superficie para esos efectos.
«Para solucionar este problema propusimos construir sobre la duna un sistema relativamente complejo, pero que era más económico. Establecimos dos pisos de estacionamientos con una capacidad para 114 vehículos. Si bien pueden llamarse subterráneos, porque tienen todo el lado oriente enterrado en la duna, la verdad es que hacia la fachada o el costado poniente se muestran hacia la calle», explica Fernández.
Por lo tanto, los pisos uno y dos del edificio, que dan a avenida La Tirana, están destinados a albergar vehículos. La distribución de la nueva sede continúa con el tercer nivel, con acceso por la calle posterior, donde se agrupan todas las funciones públicas o más sociales como la cafetería, las salas de reuniones y un gran balcón abierto con vista al mar hacia el poniente. En dirección norte se ubica el auditorio, el cual coincide sobre las rampas de acceso de automóviles a los pisos de estacionamientos. Los niveles cuatro y cinco corresponden a salas de clases y laboratorios, y el seis es donde se ubican las instalaciones para las carreras culinarias.
FICHA TÉCNICA: Nombre del proyecto: Nueva sede Inacap Iquique. Ubicación: Avenida La Tirana 4310, Tarapacá. Constructora: Bravo e Izquierdo Constructora S.A. Arquitectura: Teodoro Fernández Arquitectos. Ingeniería: Alfonso Larraín y Asociados. Superficie construida: 10.900 m². Inicio de obras: Junio 2016. Término de obras: Julio 2018.La nueva edificación tiene un total de 10.900 m² distribuidos en seis pisos. En ellos, dispone de 57 salas de clases, 33 laboratorios y talleres de especialidad, un casino, diez laboratorios de computación, una biblioteca y un auditorio para 250 personas, entre otras instalaciones.
Uno de los aspectos que tanto los arquitectos como los constructores tuvieron que enfrentar, fue al emplazamiento de esta nueva sede. El predio con el que contaba la institución educacional correspondía a un terreno compuesto principalmente por una duna y suelo de roca.
Edición N°186, Enero 201