Nuevo edificio del Colegio de Ingenieros: Un Moderno Espacio para el Encuentro Gremial

Grandes obras

La antigua sede del Colegio de Ingenieros fue demolida para levantar en el mismo terreno un edificio de nueve pisos y cuatro subterráneos. Con ello, esta institución gremial cuenta ahora con un lugar más cómodo y funcional. Varios pisos serán arrendados a su vecino, la Clínica Santa María.

Por Victoria Hernández_Fotos Vivi Peláez


Tras permanecer poco más de dos años en una sede transitoria, mientras se construía el nuevo edificio, el Colegio de Ingenieros de Chile A.G. vuelve al mismo lugar, pero a una “nueva casa”, ubicada en la dirección de siempre: avenida Santa María 0506.

Con nueve pisos y cuatro niveles subterráneos, el Colegio de Ingenieros ocupa solo una parte de toda la estructura. Usa la totalidad de los niveles -2 (que corresponde a estacionamientos subterráneos), -1, 2 y un sector del primer nivel. En tanto, el resto de la edificación está arrendada a la Clínica Santa María, entidad que ocupará desde el tercero hasta el noveno piso para oficinas médicas, además de una sección de la primera planta y los estacionamientos subterráneos -3 y -4.

Los accesos para ambas instituciones son separados. El Colegio de Ingenieros tiene su ingreso por avenida Santa María, mientras que la clínica posee el suyo por calle Fernando Manterola (paralela a Santa María). Sin embargo, existe además un tercer acceso por Santa María.

En términos generales, se trata de un edificio rectangular (la planta tipo es de 48,8 por 12,86 metros), con muro cortina en dos de sus cuatro caras y hormigón arquitectónico en las otras dos que dan hacia avenida Santa María y la calle Fernando Manterola.

Su construcción es el resultado de un proceso largo al interior de la asociación gremial. Proviene de un análisis realizado el año 2010, cuando se formó una comisión para estudiar las necesidades de infraestructura del colegio. “Esa comisión definió que había que construir un nuevo edificio. Era la mejor solución para el colegio, pensando en el largo plazo y considerando también dar una imagen de modernidad”, dice Cristián Hermansen, presidente del Colegio de Ingenieros.

En la antigua sede, por ejemplo, el auditorio se ubicaba en un subterráneo y no había ascensor, lo que representaba una complicación para las personas de mayor edad. “No es que hayamos pensado en un nuevo edificio porque era bonito, sino que la funcionalidad de la casa antigua no correspondía a los requerimientos del siglo 21”, comenta Hermansen.

Edificio Funcional

La nueva sede institucional satisface la necesidad de contar con una mayor cantidad de auditorios y de elevar la calidad de los espacios físicos. “Con este edificio moderno -destaca Cristián Hermansen – vamos a tener un mejor punto de encuentro para los socios, con un ambiente mucho más agradable para que visiten el colegio, puedan tener reuniones y asistir a seminarios”.

Además, este inmueble le permitirá al colegio generar nuevos ingresos gracias al arriendo a la Clínica Santa María. “Como todas las asociaciones gremiales, con las cuotas de los socios no se cubren todos los gastos de la organización”, dice al respecto el presidente del Colegio de Ingenieros.

Tras realizar un concurso de arquitectura, los dirigentes vieron que el proyecto era factible. La institución empezó a buscar financiamiento y un posible arrendatario para los pisos que quedarían liberados. El alquiler por 20 años a la Clínica Santa María le permite al colegio pagar el préstamo bancario en el mismo plazo.

El edificio fue desarrollado por Gubbins Arquitectos y edificado por la Constructora Bravo Izquierdo. El arquitecto Pedro Gubbins sintetiza cuatro conceptos sobre los cuales se basó la nueva sede. Uno es la idea de este lugar como de encuentro gremial; otro es la capacidad resolutiva de la ingeniería frente a los desafíos que se le presentan. Tercero, el tema urbano. Cuarto, la sustentabilidad.

Para el Colegio de Ingenieros, el ahorro de energía es un aspecto importante. Por eso, se destacan elementos como el uso equipos de aire acondicionado de volumen variable y la calidad del muro cortina, cuyo vidrio tiene un alto coeficiente de sombra. De esta manera, ingresa poca radiación, lo que permite que el edificio se caliente menos. Además, este muro posee celosías, que son cristales serigrafiados, dispuestos de manera vertical. “Tratan de sombrear el vidrio, para que junto con el coeficiente de sombra, el edificio sea lo más fresco posible”, explica Gubbins.

El arquitecto añade que un subproducto interesante de este muro cortina con celosías serigrafiadas, es que, cuando se mira con cierta inclinación, pareciera que el vidrio se transforma como en un “vapor”. Asimismo, las celosías están dispuestas de manera que se genere un cambio de los tonos, aportando también desde el punto de vista estético.

Las dependencias

El edificio tiene cuatro ascensores y uno adicional para el uso exclusivo del personal y los socios del colegio, que recorre desde el – 2 al 2. Se trata de un ascensor panorámico vidriado, que es acompañado por una escalera.

En cuanto a la distribución, en el nivel -1, que ocupa íntegramente el Colegio de Ingenieros, están las áreas de encuentro del gremio. Destaca el patio hundido, que es un lugar de expansión de las zonas interiores (todas comunes) y que otorga luminosidad al interior del recinto.

Para su diseño se presentó uno de los principales desafíos del proyecto. Este consistió en generar un lugar de encuentro en un terreno muy angosto. Entonces, para ganar superficie y crear este espacio, el edificio se inclina ligeramente desde la base, con lo que lograr producir una mayor amplitud hacia el norte. “Esta solución también hace alusión a la capacidad profesional de los ingenieros para buscar opciones frente a una problemática”, señala Gubbins.

A cada lado de este patio de honor hay dos auditorios, uno con capacidad para 300 personas (que se puede dividir) y otro para 80, con la posibilidad de que se pueden abrir y generar un espacio aún mayor. También se disponen cinco salas de reuniones para aproximadamente 10 personas cada una, otra para 20 y áreas de coworking. Cuenta además con una cocina y biblioteca.

En tanto, en el primer piso se ubican los ingresos de ambas instituciones y la recepción del Colegio de Ingenieros. Cuenta con patios, jardineras y un puente peatonal sobre el patio hundido, que une Santa María con Fernando Manterola. En ese sentido, Pedro Gubbins explica que el diseño también buscó generar un espacio urbano (la unión de ambas calles) a partir de un edificio privado.

Finalmente, el segundo piso alberga el área administrativa, principalmente. Considera la oficina del presidente, una sala de reunión y sala de espera, entre otros recintos. Cuenta también con un espacio que se va a llamar la Galería de los Presidentes, donde estarán sus fotografías. La mayoría de los cielos y muros de los recintos del colegio son de madera, mientras que los pisos son de porcelanato.

Desafíos constructivos

Los dos muros de hormigón arquitectónico representaron un desafío para la constructora, ya que requirieron de un trabajo especial. André Cruciani, administrador de obra de la Constructora Bravo Izquierdo, explica que la arista tenía que quedar perfecta, por lo que se tuvo que hacer un trabajo específico con el moldaje para que quedara bien sellado. Además, si bien el edificio contiene mucho fierro, el hormigón debía quedar a la vista, sin espacios, intersticios u oquedades. “Tuvimos que buscar un hormigón especial para adaptarse a esa situación de tener mucho fierro. Al final, llegamos a un hormigón fluido”, comenta Cruciani.

La constructora también tuvo que demoler la antigua sede: una casa de dos pisos y un edificio de hormigón que había atrás, de cuatro pisos y un subterráneo. Lo complicado era que al lado estaba la clínica. Trabajó con la empresa Flesan, que trajo maquinaria demoledora que hacía poco ruido y un estanque de agua para minimizar el polvo. “Fue tan bueno el trabajo que, en realidad, nunca tuvimos una paralización por parte de la clínica”, afirma Cruciani.

Otro desafío fue cuando, durante la excavación, se encontraron con las pilas del edificio vecino (la clínica), las cuales demolieron. “Significó un atraso importante. Tuvimos que cortar las pilas. Al final, las pudimos sacar y continuar con el proyecto normal”, indica André Cruciani. Para el administrador de obra de Bravo Izquierdo, esta nueva sede es, sin duda, un aporte. “Tiene zonas abiertas, un espacio público y un diseño con soluciones interesantes”, concluye.

El diseño de la nueva sede se basó sobre cuatro conceptos: ser un lugar como de encuentro gremial; mostrar la capacidad resolutiva de la ingeniería frente a los desafíos que se le presentan; ser un aporte urbano y promover la sustentabilidad.

FICHA TÉCNICA Mandante: Inmobiliaria Colegio de Ingenieros de Chile SpA Arquitecto: Gubbins Arquitectos Consultores Constructora: Empresa Constructora Bravo e Izquierdo Ltda. Calculista: Luis Soler Piraces. Superficie construida: 10.660 m2 Inicio construcción: Enero 2016 Término construcción: Marzo 2018 Costo:  318.000 UF

“Con este edificio moderno vamos a tener un mejor punto de encuentro para los socios, con un ambiente mucho más agradable para que visiten el colegio, puedan tener reuniones y asistir a seminarios”, destaca Cristián Hermansen, presidente del Colegio de Ingenieros.

Edición N°177, Abril 2018
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