En el cerro Concepción se encuentra el centenario templo anglicano de estilo neogótico que en 2023 cumplió 165 años de existencia. Monumento Histórico Nacional desde 1979, sus vitrales fueron restaurados para preservar su factura artesanal y belleza original. Las coloridas piezas de vidrio remiten a distintos estilos y dan cuenta de la influencia inglesa en el cosmopolita puerto.
Por Andrés Ortiz_Fotos gentileza Espacio Transparente
Dentro de los hitos de Valparaíso que le valieron su declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, uno de particular belleza es la Iglesia Anglicana Saint Paul, diseñada y construida en 1858 por el ingeniero inglés William Lloyd, con amplia experiencia en el levantamiento de puentes ferroviarios, y que desde 2016 es considerado como catedral.
El templo protestante se emplaza en el Cerro Concepción, contiguo al Cerro Alegre, en la zona de Sitio de Patrimonio Mundial, uno de los sectores más visitados por los turistas, con destacados paseos peatonales y ascensores. Se trata de una iglesia de estilo neogótico, de hermosa arquitectura y calidad constructiva, donde sus vitrales son protagonistas. También muestra el legado de la inmigración británica en Chile durante el siglo XIX, por lo que sus atributos arquitectónicos y valor histórico le valieron la declaración de Monumento Histórico Nacional en 1979.
«La Iglesia Anglicana Saint Paul es testimonio del ambiente cosmopolita que caracterizó a Valparaíso en la segunda parte del Siglo XIX y del legado de la colonia británica en Chile’; dice Andrea Araos, doctora en Historia del Arte y coordinadora de Proyectos e Investigación del Laboratorio de Conservación de Vitrales Espacio Transparente.
Para poner en valor la riqueza patrimonial de esta iglesia y realzar uno de sus elementos ornamentales de mayor atractivo, se desarrolló un proyecto de restauración de sus vitrales. Y es que, además de los daños provocados por los terremotos en los últimos dos siglos, estos estaban sucios y manchados, presentaban fatiga en los perfiles de plomo y algunas piezas se encontraban trizadas.
La iniciativa fue financiada por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural e involucró una inversión de $ 116.013.100, otorgados a la fundación Centro Latinoamericano del Vitral, que encargó la ejecución al Laboratorio de Conservación de Vitrales Espacio Transparente.
ARQUITECTURA
un aspecto particular de la catedral anglicana de 503 metros cuadrados es que, a diferencia de las iglesias católicas, tiene baja altura, carece de una torre y campanario, y las dimensiones de sus ventanas son reducidas. Esto se explica por las ordenanzas constructivas de la época que impedían que un templo protestante tuviera presencia pública en el entorno urbano, por lo que debía parecer un inmueble más del Cerro Concepción. Chile recién promulgó la Ley de Libertad de Culto en 1865, siete años después de que culminara su edificación.
Otra curiosidad del inmueble es que se utilizó un innovador sistema constructivo en su revestimiento para la época, puesto que William Lloyd traspasó sus conocimientos de la ingeniería civil a la arquitectura religiosa. El templo cuenta con una sola nave, con cerchas confeccionadas con láminas de madera de pino oregón, unidas con clavos y pernos para formar arcos y estructuras curvas, en estilo gótico e imponiendo la forma ojival. La solidez constructiva le permitió resistir sin mayores inconvenientes el terremoto de 1906 que asoló a Valparaíso.
«Los vitrales fueron progresivamente integrados en esta obra arquitectónica y son consecuencia de un periodo de florecimiento cultural que vivió el Reino Unido durante el período victoriano y en que participaron arquitectos, artistas e intelectuales como Augustus Pugin, John Ruskin y
LA INTERVENCIÓN
patrimonial es la tercera etapa y final de un largo
proceso de conservación de los 18 vitrales de la
Iglesia Saint Paul, trabajos que se iniciaron en 2013
y que culminaron en 2023 con la restauración
de seis ventanales de la nave del templo.
William Morris, entre muchos otros. Cabe la pena destacar que el siglo XIX, tiempo de pensamientos utópicos, fue esencial para el resurgimiento del oficio y el arte del vitral’; señala Andrea Araos sobre las piezas que engalanan el altar y la nave del templo.
TESORO PATRIMONIAL DE VALPARAÍSO
La intervención patrimonial es la tercera etapa y final de un largo proceso de conservación de los 18 vitrales de la Iglesia Saint Paul, trabajos que se iniciaron en 2013 y que culminaron en 2023 con la restauración de seis ventanales de la nave del templo. Todas fueroon fabricadas artesanalmente en Londres por el taller Lavers & Westlake y traídas en barco a Chile.
Los seis vitrales restaurados con que se culminó este proyecto miden aproximadamente 90 centímetros por dos metros. Fueron sometidos a intervenciones directas como desmontaje, sanitización, obras de conservación y restauración, fabricación de vitral substituto para protección exterior, fabricación e instalación isotérmica, además de limpieza final y reinstalación de cada pieza, siempre con un apego a la centenaria técnica artesanal, a la materialidad y a los colores originales.
«La restauración de estos vitrales, además de devolver el esplendor y la belleza original a la Iglesia Anglicana Saint Paul, nos da cuenta de la historia de esta ciudad y del legado cultural de los inmigrantes a Chile. En este trabajo cobra especial valor
la recuperación de las formas tradicionales del quehacer manual y la artesanía en el oficio de las vidrieras y vitrales. Esta iglesia es un verdadero tesoro para Valparaíso y para todo nuestro país’; destacó Nélida Pozo, directora del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, en la ceremonia de entrega de las obras, realizada en julio pasado.
En el proyecto trabajó un equipo multidisciplinario conformado por profesionales, investigadores y técnicos, tanto europeos como chilenos, además de cuatro técnicos en restauración de Duoc UC Valparaíso.
La técnica utilizada para reparar las piezas, comenta Diego Rodríguez, diseñador industrial y restaurador jefe del proyecto, consiste en «ensamblar piezas de vidrio según un modelo en perfiles de plomo H, que luego son consolidados con soldadura de estaño y sellados con una mezcla de masilla».
También se empleó la protección isotérmica, una importante innovación, que protege a 11 de los 18 vitrales. «Es algo pionero en Chile. Consiste en retirar los vitrales de los vanos, reemplazándolos por una réplica simplificada y transparente, instalando el vitral original en el interior del edificio. Esto permite que sea protegido de las condiciones atmosféricas y las agresiones mecánicas. El impacto visual es mínimo frente a las ventajas que ofrece para la conservación y la limpieza de las piezas’; explica Rodríguez.